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Mitos platónicos
Discípulo de Sócrates y fundador de la academia, Platón trata de explicar su teoría de las ideas a través de cuatro mitos para situar el mundo físico, moral y político como referencia del mundo de las ideas: el mito de la caverna, el mito del carro alado, el símil de la línea y el símil del sol.
En el mito de la caverna, Platón relata como unos esclavos atrapados en el interior de una caverna observan la proyección del afuera en sombras que ellos confunden con lo real. Un día uno de ellos es liberado y descubre que lo real debe buscarse rompiendo con las cadenas del mundo de los sentidos a través de la inteligencia. Los demás intentarán matarlo pues no creen que el mundo exterior de las ideas sea lo real. Así Platón intenta destacar la diferencia entre tener y no tener educación.
Con el mito del carro alado sin embargo, Platón quiere definir cómo es el alma humana. Un auriga conduce un carro alado con dos caballos, uno blanco y uno negro. El auriga representa la parte racional, el caballo blanco la parte irascible y el negro la parte apetitiva del alma. Cuanto mejor haya el auriga observado y estudiado as ideas mejor podrá conducir el carro.
En el símil de la línea, Platón quiere mostrar como los grados del ser se corresponden al conocimiento, siendo el primero el de la imaginación, es seguido por la creencia, el pensamiento y la inteligencia. El primero estudia las imágenes del mundo sensible, si alcanza el segundo grado estudiará las cosas de las que parten dichas imágenes. Posteriormente podrá adentrarse en el mundo inteligible estudiando los objetos materiales y alcanzará el cuarto grado con el estudio de las ideas.
En el símil del sol, Platón quiere explicar la idea suprema del bien equiparándola con el sol. El sol es lo que causa conocimiento y que las cosas existan, es por ello que el bien es el motor de que alcancemos dicho conocimiento y la existencia de las ideas.